Sylvia del Villard fue una de las voces más fuertes de la cultura afro-puertorriqueñas. Esta gran mujer fue actriz, cantante y bailarina. Nacida el 28 de febrero de 1928, era hija del arecibeño Agustín Villard y la ponceña Marcolina Guilbert. Cuando era muy niña, Sylvia fue entregada por sus padres a la señora Paula Moreno, quien la crió. Su niñez y juventud fue pasada en la Calle Manuel Corchado, en Santurce. Sylvia completó su educación elemental y superior en escuelas de Santurce. Luego cursó estudios universitarios de Trabajo Social y Antropología en Fisk University de Tennessee, con becas otorgadas por el Gobierno de Puerto Rico. Posteriormente completó su enseñanza en la Universidad de Puerto Rico concentrándose en Drama y Pedagogía. Sylvia despertó su pasión por la cultura africana mientras estudiaba en el City College of New York, donde se juntó al grupo de baile y canción ´Africa House´. Esta gran experiencia la ayudó a encontrar sus raíces africanas en las tribus yoruba e ibo de Nigeria. En Nueva York, aprovechó su estadía para estudiar con maestros del Metropolitan Opera Chorus, Sonya Rudenka y Leo Braun.
Sylvia comenzó su carrera profesional en el país en 1963, cantando y declamando en el club
Ocho Puertas del Viejo San Juan. Desde ese momento se consagró a las artes, incursionando en distintos géneros. Una noche presentó un espectáculo de ambiente afroboricua en el café-teatro La Terruca en el Viejo San Juan. Y, de manera curiosa, fue un actor chileno, Norberto Kerner, quien la introdujo al legado poético de Luis Palés Matos. Quedó totalmente captada y decidió cambiar sus presentaciones. Esta genio combinaba la poesía, el canto y el baile africano.
Se convirtió en atracción habitual de los cuatro principales club nocturnos de San Juan: Ocho Puertas, La Tahona, La Tea y La Terruca. Podemos mencionar que también en 1963, Sylvia del Villard interpretó una exitosa serie de presentaciones en el cabaret El Jardín del Amor, propiedad de la famosa soprano cubana Zoraida Marrera en Nueva York. Ya Sylvia era una estrella y pudo presentar en las salas más famosas de Puerto Rico como: El Teatro de la UPR, El Teatro La Perla y el Teatro Tapia. Acogieron montajes de piezas como: ¡Ay, papá, pobre papá, en el closet te enganchó mamá y qué pena me da!, La Cuarterona, La tempestad, Let My People Go, La Zarzuela Cecilia Valdés, El baquiné y muchas más.
En 1968 fundó la Compañía Teatro Afro-Boricua El Coquí, que fue reconocida como máxima exponente de la cultura antillana por Asociación Panamericana para el Festival del Nuevo Mundo. Tal distinción motivó a la institución norteamericana National Endowment for the Arts a concederle un contrato para presentarse en centros culturales y recintos universitarios de Estados Unidos y Latinoamérica. Aquel recorrido también se extendió a varias naciones africanas, donde ofreció recitales de poesía negrista puertorriqueña, enfocándose en la obra de Palés Matos.
A pesar de su intensa actividad artística y cultural, su vocación como servidora pública jamás dejó de brillar. En 1971 se involucró en el programa por la municipalidad San Juan: Ciudad Modelo, que realizó una labor comunitaria alabador en los sectores pobres capitalinos. Por ello, Sylvia del Villard, quien solía maquillarse y vestir al estilo africano, también fue objeto de múltiples reconocimientos.
En 1977, estableció su propio Teatro Luis Palés Matos en la Calle San Sebastián, del Viejo San Juan. Aquella fue la sede de su trabajo artístico durante los siguientes cinco años. Allí creó el Grupo Teatral Soninke y presentó varios proyectos músico-teatrales, hechos por ella y por varios artistas distintos, siempre enfocados en la cultura africana. Muy desafortunadamente, las constantes querellas de vecinos por el alegado ruido originado en el lugar que trascendía a la calle y los regueros que se formaban en sus derredores ocasionando incomodidad entre los residentes provocaron su cierre en 1981. Era obvio que aquel problema tenía que ver con los racistas de la comunidad, ya que nadie se quejaba de las discotecas ruidosas que estaban en el área y los revoltosos visitantes a las mismas que sí ocasionan frecuentes disturbios. Tras el cierre del Teatro Luis Palés Matos, fue nombrada directora de una oficina dedicada al estudio y promoción de la aportación africana a la cultura puertorriqueña adscrita al ICP. A mediados de aquella década se involucró en otro proyecto que iba a ser llamado: Puerto África. Lamentablemente, el cáncer pulmonar ya la torturaba. Regresó a su isla hermosa para conseguir tratamiento. Abatida por este mal, fallecería en el mismo sector santurcino que la vio crecer, el 5 de febrero de 1990.
Amanda V. Lafontaine
Bibliografía:
Fundación Nacional para la Cultura Popular. (2014). Sylvia del Villard. 2018, de Fundación Nacional para la Cultura Popular Sitio web: https://prpop.org/biografias/sylvia-del-villard/
M.L.O.. (2010). Sylvia del Villard. 2010, de KoolTourActiva Sitio web: http://www.kooltouractiva.com/kooltouractiva/art/boricuas-para-la-historia/419-sylvia-del-villard.html
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