Puerto Rico ha sido cuna de mil y una figuras ilustres que han marcado nuestra historia para siempre, que han alcanzado lo inimaginable por y para nuestra Isla, y que su legado constituye nuestra cultura y vive entre nuestras calles y entre nuestros corazones; que su trabajo, su esfuerzo, su sufrimiento, su dolor, viven arraigados, inevitablemente, en quienes somos y en nuestra puertorriqueñidad. Sin embargo, existe poca o ninguna comparación con la desmedida huella que plasmó el gran Ernesto Ramos Antonini en la cultura, la música, la educación, la política y en el puertorriqueño de ayer y hoy. Una inmensa cadena de sucesos que forjó al Puerto Rico y el puertorriqueño contemporáneo se debe a la magna labor que realizó Ramos Antonini durante su vida.
Este mayagüezano de nacimiento y ponceño por adopción es merecedor de admiración y respeto, porque aun viviendo en condiciones de escasez económica, trabajó arduamente para educarse, vendiendo carbón vegetal en las calles. Que increíble es ver cómo fue consciente del poder que tiene la educación de transformar mentes, vidas, comunidades y naciones, tanto así que tuvo que, de alguna manera u otra, educarse. Generalmente, Ernesto Ramos Antonini es visto y recordado como una gran figura política, que solo en esta área desempeño diversos roles; pero, ¿sabías tú que Ernesto fue maestro de matemáticas en la Escuela Superior de Ponce?
Ernesto fue cien por ciento producto del sistema de enseñanza público del país, pues estudió Derecho en la Universidad de Puerto Rico. Desempeñó durante su vida varias posiciones en la política del país, como: Portavoz del Partido Liberal, Representante por Acumulación, vicepresidente, y eventualmente presidente de la Cámara de Representantes y fue miembro fundador del Partido Popular Democrátco, y durante toda esta trayectoria, Ramos Antonini luchó y defendió el honor del obrero, la buena moral y la justicia. Se encargó de eliminar las malas prácticas y criminalidades en los tribunales del país. Y me pregunto yo: ¿existirá ese tipo de honradez en el sistema político de hoy? Me gustaría pensar que la respuesta es afirmativa. No dudo que Ernesto Ramos infundió una cultura de armonía y respeto en el ámbito político de Puerto Rico.
Fundó el Instituto de Relaciones del Trabajo de la Universidad de Puerto Rico, y fue hacedor de leyes a favor de la clase trabajadora de Puerto Rico. De igual modo, defendió en litigio a los obreros y luchó con furor por sus derechos y beneficios. Qué pena que Ernesto no fuera eterno, pues hoy, ¿quién lucha por nosotros sino nosotros mismos?
A través de su trayectoria legislativa fue también Ernesto Ramos Antonini quien crea las Escuelas Libre de Música (de las cuales dos de ellas llevan su nombre) mediante la Ley Núm.
365 del 20 de abril de 1946 con el propósito de “desarrollar y encauzar la innata sensibilidad artística de nuestro pueblo, mediante un plan sistemático de enseñanza, aprendizaje, experimentación, divulgación y formación del arte musical”.
Además, mediante la Ley Núm. 184 del 6 de agosto de 2008, la Escuela Libre de Música de San Juan Ernesto Ramos Antonini se convierte en Patrimonio Nacional de Puerto Rico y el legado que nos ha dejado nuestro queridísimo prócer cumple diez años de haber sido reconocido como tal; y yo tengo el honor de pertenecer a su estudiantado, siendo impactado por la huella no perecedera de Ernesto, llevando su nombre y el de mi escuela en alto, promocionando así nuestra cultura puertorriqueña. Gracias, Ernesto; tal vez hiciste por nosotros más de lo que te pudiéramos devolver, pero la generación venidera de educadores y pedagogos de Puerto Rico haremos justicia a tu doctrina.
Jebdiel J. Gutiérrez Escobar
Bibliografía
E. M. (2005). Ernesto Ramos Antonini: Un Hombre para la Historia. Retrieved May, 2018, from http://www.ramosantonini.com/biografia.htm
(2008) Ley Núm. 184 de 2008. Retrieved May 2018, from http://www.lexjuris.com/lexlex/Leyes2008/lexl2008184.htm
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