Seguramente alguna vez tus padres ponían en la radio aquella son salsero y tropical, de camino a Ponce en plena cuesta del pueblo de Salinas. Quizás has escuchado la clásica canción de “Brujería” en el chinchorro, en una noche de karaoke o quizás es tan conocida la canción, que puedo decir con casi toda certeza que la mayoría de Puerto Rico ha bailado, cantado o simplemente se saben las líricas de esta reliquia de la Salsa. Son canciones como “Achilipú”, “No hago más na”, “La Loma del Tamarindo”, “Arroz con Habichuelas”, entre otras, que han puesto el sabor borincano en los dos hemisferios del planeta. El majestuoso sonido tropical de El Gran Combo de Puerto Rico ha puesto bailar a miles de personas, a nivel mundial, en un sinnúmero de escenarios, desde Latinoamérica a Estados Unidos, desde el Caribe a Europa. Todos hemos sido víctimas del soneo puertorriqueño de “Los Mulatos del Sabor”. Pero ¿quién es el responsable que lleva a estos excepcionales músicos a sonar con tal perfección? Conoce a Don Rafael Ithier, el director musical de tan prestigiosa orquesta salsera, El Gran Combo de Puerto Rico.
Nacido el 29 de agosto de 1926, este pianista, arreglista, compositor, productor musical y director de orquesta, Don Rafael ha llevado la bandera de nuestro cien por trenta y cinco con orgullo y la ha hecho izarse en una diversidad de países, dejando saber que Puerto Rico sabe cómo poner el mundo a bailar. Dejando con una reputación intachable a las leyendas salseras del Gran Combo. Hijo de los mayagüezanos Nicolás “Macao” Ithier y Mérida Natal, Rafael Ithier crece en el Barrio Monacillos, Río Piedras en San Juan de Puerto Rico. Rafael Ithier queda huérfano de padre a la edad de ocho años, siendo él el nuevo hombre de la casa. Cuando Rafael Ithier culmina el octavo grado, teniendo solo catorce años de edad, tomó la decisión de abandonar los estudios por obligaciones monetarias.
Rafael Ithier no es músico por profesión, sino por vocación y llamado. Pues, su primer instrumento fue la guitarra, aprendiendo a interpretarla a los diez años. Con este instrumento, Don Rafael, a esa corta edad, se gana el honrado '”peso” día a día, tocando en un colmado. Poco se imaginaba ese pequeño Rafael Ithier que terminaría dirigiendo la orquesta de salsa más importante del mundo. Con tan solo quince años, es incorporado en el grupo dirigido por el tresero Fermín Machuca, conocido como el Conjunto Hawaiano. Desde este momento en adelante, su vida solo fue la música. Rafael pasó por las manos de este hombre en el año 1941, luego pasa a la tutela de Tito Henríquez en el 1944. En 1948, Don Rafael, comienza a aprender a interpretar el piano, siendo este su instrumento que hace y forma a Rafael Ithier. Es con este instrumento que el gran músico decide, por sus propios méritos, aprender a leer el pentagrama, base de toda lectura musical. Luego de estos inicios de trayectoria musical, Don Rafael es reclutado por el ejército de los Estado Unidos, asignado a un campamento en el pueblo de Cayey. Luego, se muda para la Capital del Mundo, Nueva York, donde creó el grupo The Borinqueneers Mambo Kings, esto fue en el año 1954. Rafael Ithier culmina con esta agrupación en el año 1962, que es el año donde nace la Orquesta el Gran Combo de Puerto Rico. Desde ese entonces, hasta el día de hoy, su música no ha dejado de mover los pies de todo el que la escucha. Este Rafael Ithier y su increíble desempeño musical, al punto que el Gran Combo también es conocida como “La Universidad de la Salsa”.
Don Rafael Ithier comenzó en el Combo desempeñándose no solo como el director, sino como el pianista que daba ese soneo salsero que hace que todo caribeño, todo salsero, se sienta identificado. Lamentablemente, debido a la artritis que sufre el gran Rafael Ithier, tuvo que abandonar la banqueta del piano y dedicarse enteramente a la dirección de la orquesta. Podemos estar seguros de que la orquesta no dejó de producir la increíble calidad y disciplina ejemplar que siempre llevan por este obstáculo. Don Rafael Ithier es un orgullo entero boricua, su nombre no es sólo símbolo de fama, sino también de enseñanza. Enseñanza de cuando una meta es propuesta, solo tú serás tu propio obstáculo. Con Don Rafa podemos aprender que la diferencia entre el éxito y el fracaso está en cuán grande y buena es la actitud de uno para alcanzar dicho éxito. Así que, la próxima vez que escuches “Brujería”, mientras andas por bajando la cuesta de Salinas, recuerda que, para llegar a ese tope de la vida, se requiere paciencia, dedicación, práctica y disciplina. Solo así logras demostrar que Puerto Rico va “para el mundo”.
Jován León Rodríguez
Bibliografía
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